Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal;
y cuando esperaba luz, vino la oscuridad.
Mis entrañas se agitan, y no reposan; días de aflicción me han sobrecogido...
Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males,
volverás a darme vida,
y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.
Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme.
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