En el sentido más figurado, el corazón del hombre es su conciencia, su alma, su esencia, y de lo que está lleno su corazón, eso es lo que expulsa a su cuerpo. Pero lamentablemente, nuestro corazón está lleno de pecado, nuestro corazón está corrompido, roto, funciona bien, pero muchas veces para mal. Expulsando cosas que no hacen bien a los demás. fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez.
Esto es lo que somos, nacemos con el pecado en nosotros, y de allí nace toda la maldad, nosotros originamos el pecado, de nuestro propio corazón, porque está corrompido desde el comienzo.
"Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias." Mateo 15:18-19
"Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no." Romanos 7:18
"Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?" Jeremías 17:9
"De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte. Santiago 1:15" (DHH)
Por eso, muchas veces hacemos el mal, a veces sin querer hacerlo, a veces sin darnos cuenta, nos dejamos llevar por nuestro mal corazón, entonces, ¿cómo podemos librarnos de este mal corazón? Fácil, reconocer el pecado arrepintiendonos, pidiendo perdón a Dios, y tener una estrecha relación con él, sin estos elementos, no podemos originar de nuestro corazón cosas buenas, por que el querer hacer el bien, nace del mismo corazón de Dios, y si Dios vive en nosotros, entonces nacerán buenos pensamientos de nuestro corazón, y querer hacer el bien.
"Lava de maldad tu corazón, Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo morarán dentro de ti pensamientos perversos?" Jeremías 4:14
Debemos pedirle a Dios que lave nuestra maldad, y que cambie todo nuestros pensamientos, en pensamientos de bien, y aferrarnos a él con todas nuestras fuerzas. Y así el nos dirá.
"Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo." 1 Crónicas 17:2
Cuando Dios esta con nosotros (cuando estamos en comunión con él), estamos en sintonía, y sus pensamientos fluyen a través de nuestro corazón, por eso, cuando tengas cerca a Dios, te darás cuenta que fluyen cosas buenas, cosas positivas, vas a querer hacer el bien, te darás cuenta que eso no era lo natural en ti, porque Dios ha manifestado su naturaleza sobrenatural y bondadosa en ti.
"Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo..." 2 Corintios 10:3-5
Aunque caigamos, el señor nos levantará, el nos sostiene con su diestra. El terminará la buena obra que comenzó en nosotros, el hará su voluntad en nuestra vida, nos guiará por buenos senderos, y aunque nos equivoquemos mil veces, mil veces nos perdonará si nosotros nos arrepentimos para volvernos a él. Porque el nos ama, nos quiere, y nos comprende. El sabe nuestras batallas, y nuestras luchas. y no nos dejará nunca, pues esa es una promesa que nos hizo. Tomemos nuestra cruz y sigamos a Cristo, aunque nos duela caer y volver a levantarnos, perseveremos, pues si somos pacientes, recibiremos nuestra recompensa, por todas las cosas que padecimos por seguirlo.
Aunque caigamos, el señor nos levantará, el nos sostiene con su diestra. El terminará la buena obra que comenzó en nosotros, el hará su voluntad en nuestra vida, nos guiará por buenos senderos, y aunque nos equivoquemos mil veces, mil veces nos perdonará si nosotros nos arrepentimos para volvernos a él. Porque el nos ama, nos quiere, y nos comprende. El sabe nuestras batallas, y nuestras luchas. y no nos dejará nunca, pues esa es una promesa que nos hizo. Tomemos nuestra cruz y sigamos a Cristo, aunque nos duela caer y volver a levantarnos, perseveremos, pues si somos pacientes, recibiremos nuestra recompensa, por todas las cosas que padecimos por seguirlo.
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